Bach y sus Variaciones
No se me ocurre nada mejor para estrenar esta herramienta que las Variaciones Goldberg de J.S. Bach, concretamente la Variatio 13. A mí me resulta sencillamente conmovedora. Existen diversas versiones para explicar el origen de la obra, pero la más plausible explica que fue un regalo que Bach hizo a un conde alemán amigo suyo, que aquejado de insomnio le había solicitado unas piezas que le ayudarán a conciliar el sueño, o al menos a hacer más llevaderas las horas de desvelo. Curiosamente no recibe su nombre del mencionado noble sino del jovencísimo clavecinista que las interpretaba para él, y que llegó a ser alumno de Bach y de un hijo de éste, también músico. Parece que la Historia en este caso hizo justicia al otorgar tal honor a quien pulió, dió forma y divulgó esta maravillosa composición tras ser creada.
No hay que olvidar, sin embargo, el nombre del pianista canadiense Glenn Gould cuando de las Variaciones Goldberg se trata. Fue él quien en las grabaciones que realizó de la obra en los años 1955 y 1981 (sobre todo esta última, a tenor de lo dicho por los expertos) definió de forma magistral la forma en que sería conocida esta insuperable obra del pensamiento universal. A la grabación de 1981 pertenece este fragmento que corresponde a la Variatio 13, que no deja de conmoverme a cada escucha.
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No hay que olvidar, sin embargo, el nombre del pianista canadiense Glenn Gould cuando de las Variaciones Goldberg se trata. Fue él quien en las grabaciones que realizó de la obra en los años 1955 y 1981 (sobre todo esta última, a tenor de lo dicho por los expertos) definió de forma magistral la forma en que sería conocida esta insuperable obra del pensamiento universal. A la grabación de 1981 pertenece este fragmento que corresponde a la Variatio 13, que no deja de conmoverme a cada escucha.
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2 Comments:
¿También te gusta el "viejo peluca"?.
A veces me pregunto si es posible que él fuese un "homo sapiens" como nosotros.
Aunque mi hija, que estudia en el conservatorio, dice que esto me pasa porque sé muy poco de música, que componer no es tan difícil.
Tiene razón en que sé muy poco de música, pero no creo que tenga razón sobre Bach. Lo dice, pero no lo piensa, es sólo un síntoma más de la insolencia típica de la adolescencia.
De hecho podemos componer cualquiera de nosotros, pero me temo que no nos saldrá una pieza ni remotamente a la altura del "viejo peluca".
Estoy contigo en que tu hija es también consciente de ello.
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